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RUSIA

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Rusia es el país más grande del mundo y transcontinental al ser parte de dos continentes: toda Asia del Norte y 40% de Europa. Con más de 17 millones de km2, es tan extenso que tiene fronteras con 16 países, 11 de los cuales son europeos: NoruegaFinlandiaEstoniaLetoniaBielorrusiaLituania,​ Polonia, Ucrania,​ Georgia,​ AzerbaiyánKazajistán; sus otras fronteras son con la República Popular China, Mongolia y Corea del Norte, mientras que con Japón y los Estados Unidos (el estado de Alaska) sólo tiene límites marítimos. De los 24 husos horarios del planeta, en Rusia hay 11. La capital es Moscú.

El nombre formal de este país es Federación Rusa, con alrededor de 145 millones de habitantes repartidos entre 160 grupos étnicos que en conjunto hablan cerca de cien lenguas, pero el ruso es el idioma oficial y obligatorio. Su forma de gobierno es de república semiparlamentaria. En cuanto a la religión, Rusia es un Estado laico que permite la libertad de culto. Más del 50% de la población es feligrés de la Iglesia Ortodoxa Rusa, un 25% se declara ateo y el otro 25% es seguidor de otras religiones, dígase variantes del cristianismo, islam, budismo y judaísmo. Sin pertenecer a la Unión Europea, es el mayor socio comercial de la misma. Su moneda es el rublo ruso (equivalente a 3.69 rublos por un peso mexicano, en febrero de 2021).

La historia rusa empieza con la llegada de eslavos orientales, hacia los siglos III y IV d.C. que eran descendientes de los vikingos o varegos. De manera formal, el primer estado de este grupo eslavo fue Rus de Kiev (la capital de Ucrania) en el siglo IX y a finales del siglo X adoptan el cristianismo ortodoxo, dando inicio a la influencia del Imperio Bizantino que consolidaría la cultura rusa en el siguiente milenio.

Cuando la Rus de Kiev se fragmentó en ducados, principados, condados; de todos ellos, el más poderoso fue el Principado de Moscú que, gradualmente con el tiempo, reunificó a y todos aquellos estados feudales, comenzando a dar un nuevo rostro al legado político y cultural de la Rus de Kiev.

Mediante conquistas, anexiones y guerras, en el siglo XVIII Rusia se expandió desde Polonia, en poniente, hasta el océano Pacífico y Alaska para convertirse en el tercer imperio más grande de la historia, en la llamada Rusia Zarista o Imperio Ruso, que en su época de esplendor era una gran potencia.

El fin de la era zarista empezó en 1905 y concluyó en 1917, cuando la Revolución Rusa derrocó a la monarquía. Hubo pugnas entre grupos revolucionarios y políticos, siendo los bolcheviques los que lograron imponer su ideología y así dio inicio la época soviética, teniendo a Rusia como al país más poderoso del bloque socialista y a Moscú como su epicentro.

Con la caída del Muro de Berlín, en 1989, concluyó la época socialista y se disolvió la Unión Soviética (URSS), dando paso a la creación de estados independientes. En 1991, Rusia tomó su nombre formal de Federación de Rusia. Gracias a su extensión, su tecnología, sus recursos naturales y humanos, su poderío militar, su cultura sigue siendo una súper potencia mundial.

Qué hacer en Rusia...

SAN PETERSBURGO

De los diez mares abiertos (y dos grandes lagos que no son mares per se, el Caspio y el Negro) en cuyas aguas territoriales Rusia tiene injerencia, tal vez sea el Báltico el más importante por ser este mar el que colinda con más países europeos y ser salida natural hacia el océano Atlántico y sus rutas comerciales al continente americano. Por qué se menciona esto… porque justo en el mar Báltico se ubica la segunda mayor ciudad rusa, San Petersburgo, que por más de dos siglos fue la capital del Imperio Ruso, durante la Rusia Zarista. Su fundación data de 1703, por iniciativa del zar Pedro el Grande con el propósito de reubicar la capital que estaba en Moscú, y que por su ubicación geográfica fuera el acceso a Europa, y desde entonces se le dio el sobrenombre de "La ventana a Europa”, aunque también se le conoce como la “Venecia del Norte”, gracias a sus numerosos canales.

En San Petersburgo hay muchísimas cosas que hacer y para todos los gustos, dígase arquitectura y arte religioso, más de 200 palacios –muchos de los cuales albergan museos–, parques, librerías, además de centros comerciales, espectáculos, festivales y más de 80 clubes nocturnos. Y explorando uno encuentra sorpresas inimaginables por suntuosas y hasta megalíticas.

Entre los más de 200 museos hay uno pequeño y maravilloso, el de Fabergé que exhibe los famosos huevos que eran las joyas favoritas de los zares hacia el final del siglo XIX. Esta singular y finísima artesanía empezó en el taller de Gustav Fabergé y la continuó su hijo Peter Carl Fabergé. Cuando el zar Alejandro III vio algunos de los trabajos de Fabergé en una exposición, quedó tan cautivado que ordenó se montara una exposición de esos artículos en el Museo del Hermitage como ejemplos de artesanía rusa moderna de primer nivel.

Ir a San Petersburgo implica dedicarle tiempo al Museo Hermitage, ubicado en un complejo de seis edificios junto al Palacio de Invierno, que fue residencia oficial de los zares, quienes a lo largo del tiempo fueron adquiriendo objetos y arte para su colección privada, hasta que en  1917 el sitio cuando fue declarado Museo Estatal. Se estima que la colección actual está conformada por más de tres millones de objetos, desde piezas arqueológicas, antigüedades griegas y romanas, esculturas de Europa Occidental y arte oriental, así como arte ruso, joyas y armas. La pinacoteca está considerada una de las más completas del mundo, es tan inmensa que, se dice, tendrías que invertir más de siete años, sin descanso, para logar ver todas, dedicándole pocos segundos a cada una.

A orillas del río Neva, el Museo Hermitage alberga una de las pinacotecas más grandes del mundo

Como difícilmente podríamos invertir tantos años en un museo, sí podemos darnos una idea de su grandeza y esplendor con este video de tan solo 5 horas 19.46 minutos.

https://www.youtube.com/watch?v=49YeFsx1rIw&feature=emb_logo

Ahora bien, si quieres combinar palacios y jardines en una sola visita, el complejo Peterhof es el lugar ideal. Se encuentra en Petrodvoréts, a 30 km al oeste de San Petersburgo, en el golfo de Finlandia, y hasta 1917 fue residencia de los zares.

MOSCÚ

La capital rusa, es el lugar ideal para comenzar o finalizar un viaje por este maravilloso país, tan lleno de contrastes. Muchos pueden tener la idea de que Moscú, aparte de la Plaza Roja y la basílica, no es más que edificios grises de concreto de la época soviética, pero nada más errado que eso: Moscú es en verdad fascinante por todo lo que tiene que ofrecer a cualquier tipo de turismo que, al dejar el país, no se va decepcionado.

El corazón de Moscú es la icónica Plaza Roja, ubicada en el centro de la ciudad; es impresionante en sí misma, rodeada por majestuosos edificios como la catedral de San Basilio, el Kremlin, los Almacenes GUM, el Museo Estatal de Historia y la catedral de Kazán, entre otros. Lugares que son visita obligada para conocer diferentes aspectos de la historia rusa.

También en la Plaza Roja hay muchísimos monumentos y curiosidades que atraen la atención de todo visitante, como la famosa Tsar Kólokol que es la campana más grande del mundo. Fue hecha por en 1730 por deseo de la emperatriz Anna Ioánnovna y pesa casi 202 toneladas y su altura es de más de seis metros, pero lo cierto es que nunca fue tocada, pero es hoy en día un gran atractivo.

Ahora bien, el alma de Moscú son sus bulliciosas calles Tverskaya y Arbat, casi toda peatonal con tiendas, boutiques, bazares ocasionales, puestos callejeros, cafés, restaurantes, teatros, galerías. Hay que caminarlas y disfrutarlas, y cuando hace hambre en algún lugar puedes tomar un tentempié como un borsch o un shashlik o, bien, una comida más completa, como el famoso stroganoff, que es un platillo a base de carne de res, champiñones y smetana o crema ácida.

Aparte de disfrutar Moscú caminando, es muy recomendable bajar al metro e ir a alguna de sus estaciones para entender por qué algunas de ellas son patrimonio cultural. La primera línea, con diez estaciones, fue abierta entre 1935 y 1937, en plena época de austeridad soviética, pero con impulsos de grandeza, según pidió Iósif Stalin a los diseñadores del suburbano moscovita que “hicieran el metro más renombrado del mundo, demostrando así la superioridad del sistema socialista”. Y en algunos aspectos lo lograron. Este sistema suburbano cuenta con más de 200 estaciones, de las cuales 44 están consideradas patrimonio cultural de la capital rusa por todo el arte y los detalles arquitectónicos que albergan.

En Moscú también se respira cultura en muchos rincones. Tiene más de 400 museos, muchos de los cuales son de paga. Se recomienda conseguir una Tarjeta Moscow CityPass para acceder a muchos museos, transporte y otros atractivos. Como resulta difícil recomendar uno o dos museos, mejor dejamos aquí el enlace (en inglés) de todos los museos moscovitas para que elijas los de tu interés: http://www.russianmuseums.info/moscow.asp

Museo Estatal de Historia y, al lado, el Museo de la Guerra Patria de 1812

Una experiencia sin igual en Moscú es ir al teatro y, en particular, al Bolshói donde a lo largo del año se presentan espectáculos de altísima calidad. Empezó como compañía de danza fundada en 1776 y su ballet ha sido el más renombrado del mundo.

Fachada del Teatro Bolshói foto de Alexey Vikhrov -

A continuación un breve ejemplo de una presentación de “La bella durmiente” de Txaikovski:

https://www.youtube.com/watch?v=-Ix2_D2Y4gE

EL TRANSIBERIANO

Ahora bien, Rusia es un país tan extenso que tiene muchísimas zonas prácticamente despobladas. Es tan grande que tiene 11 husos horarios y recorrerlo de punta a punta en vehículo motor debe ser una tarea en verdad titánica. Sin embargo, un recorrido en el Transiberiano es la mejor manera de darte una idea de la vastedad y la grandeza de este país. El Transiberiano es una ruta ferroviaria que cruza la Federación Rusa de punta a punta y llega a lugares tan distantes como China, Mongolia y Corea del Norte. Existen trenes de diversos tipos en esta ruta, desde los privados de gran lujo hasta los de carga, sin olvidar los turísticos con dormitorios regulares y servicios de restaurant, cafetería y bar.

Esquema de rutas y ramales:
                    Rojo: Línea del Transiberiano
                    Azul:  Línea del Nortе
                    Verde:  Línea principal Baikal-Amur

La ruta principal tiene 9,288 km y va de Moscú a Vladivostok, en el extremo sureste junto al Mar del Japón, y pasa por lugares de inigualable belleza, como Siberia, de clima extremoso y terribles historias, pero con grandes atractivos como Novosibirsk, la capital siberiana que se ha convertido en un gran centro cultural, científico, turístico. Tiene museos, teatros, galerías, zoológicos, centros de ciencias, universidades y todo lo que la tercera ciudad más grande de Rusia pudiera requerir.

Entre los museos, uno muy recomendable es el Museo de Historia del Ferrocarril de Siberia Oriental, pues te dará una idea de la importancia de la ruta y así apreciarás tu recorrido desde otra perspectiva.

La "joya de la corona" de este recorrido es, sin duda, el lago Baikal, ubicado entre Irkutsk y Ulán-Udé. También conocido como “La perla de Asia” u “Ojo azul de Siberia” es el embalse de agua dulce más grande del mundo y un paraje natural único por su diversidad biológica, sus ecosistemas, su riqueza paisajística, el encanto de sus aldeas y poblaciones cuyas tradiciones, magia, chamanismo, mitos, leyendas y creencias arcaicas hacen una fusión de culturas sin igual.

En breve, el recorrido en el Transiberiano que toma aproximadamente 143 horas o unos seis días, lo puedes hacer en más tiempo, pues se permite bajar en un lugar, quedarte allí y seguir tu trayecto días más tarde.

Referencias de Internet:

Los créditos de textos e imágenes aparecen al pie de la imagen correspondiente.

Selección y adaptación de textos: Homero Adame

Rusia – traducción al inglés: Pat Grounds

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